
El Ayuntamiento de Zaragoza ha vuelto a rendir homenaje a las miles víctimas del Holocausto. Este año, además del tributo al diplomático zaragozano Ángel Sanz Briz por salvar la vida a tantos seres inocentes durante aquellos años, se ha tenido presente el 80 aniversario de la liberación del campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau, que ocurrió tal fecha como hoy de 1945.
El acto, encabezado por la alcaldesa de la ciudad, Natalia Chueca, se ha celebrado en el Salón de Recepciones del Ayuntamiento de Zaragoza, debido a inclemencias meteorológicas y durante el mismo se han encendido seis velas en recuerdo los seis millones de personas asesinadas en los guetos, en los bosques y en campos de exterminio; del millón y medio de niños judíos asesinados; de los miembros de las diferentes minorías que padecieron la barbarie; de toda forma de resistencia y en honor a quienes poniendo en riesgo sus vidas, salvaron a miles de perseguidos; en honor a los supervivientes del Holocausto que fueron capaces de rehacer sus vidas; y como preservación de la memoria de las víctimas del Holocausto, por la ineludible responsabilidad de rechazar el odio, combatir la indiferencia y elevar los principios de la convivencia y de la vida misma. En la Casa Consistorial ha estado presente, como símbolo, un árbol arce que posteriormente se plantará en el espacio ajardinado en el Cementerio de Torrero en memoria del diplomático aragonés.
En el homenaje también han participado el consejero de Urbanismo, Infraestructuras, Energía y Vivienda, Víctor Serrano; la hija de Ángel Sanz Briz, Pilar Sanz Briz; y una víctima superviviente del Holocausto, Zvi Wszlamowicz. Asimismo, se ha contado con la participación de los distintos colectivos perseguidos y víctimas del Holocausto, así como la Asociación Justos de las Naciones, la Universidad de Zaragoza y representantes de los Grupos Municipales.
La conmemoración se ha iniciado con la interpretación de una pieza musical de la película «La lista de Schindler» al violonchelo por Nuria Gañet. También ha contado con un minuto de silencio en memoria de las víctimas y el rezo de la oración judía «Señor misericordioso» por los representantes de la comunidad judía y de un responso católico.
La alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, ha recordado «uno de los episodios más devastadores de la historia: el Holocausto» en una fecha como hoy «en el 80 aniversario de la liberación en 1945 del campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau». «Renovamos así nuestro compromiso con la memoria y rendimos homenaje a las víctimas que enfrentaron el horror y la persecución, un dolor que aún resuena en nuestros corazones», ha manifestado Chueca.
«Fue una tragedia para toda la humanidad, en un oscuro episodio en el que también surgieron héroes que arriesgaron todo para salvar vidas, como nuestro valiente Ángel Sanz Briz, conocido como el Ángel de Budapest, que salvó más de 5.000 judíos de un destino atroz», ha apuntado la primera edil de Zaragoza. «Hoy recordamos su legado como un faro de esperanza y coraje, un testamento de lo que significa defender la dignidad humana en los momentos más oscuros. Su historia debe inspirar a futuras generaciones y nos recuerda el poder de la acción individual en la defensa del bien común», ha proseguido Natalia Chueca.
«En la conmemoración de este 80 aniversario debemos hacer un reflexión profunda sobre el odio, el racismo y la intolerancia que todavía encuentran eco en nuestro mundo actual. No podemos permitir que la historia se repita y tenemos la obligación de explicar los hechos a las nuevas generaciones para que comprendan lo que ocurrió y se esfuercen en construir un futuro basado en el respeto, la empatía, la justicia y la humanidad», ha animado la alcaldesa de Zaragoza.
ACTO HOMENAJE
El acto de recuerdo, que este año ha tenido que celebrarse en el Ayuntamiento de Zaragoza, se lleva a cabo, tradicionalmente, en la plaza que hace varios años se creó en el camposanto de la ciudad en memoria de Sanz Briz, nacido en Zaragoza en 1910 y nombrado en 1966 «Justo entre las Naciones» por su trayectoria y su aportación a la humanidad salvando miles de vidas durante el Holocausto judío en Budapest.
Después de su fructífera carrera diplomática, en 1980, fallecía a los 69 años de edad en Roma, siendo Embajador de España ante la Santa Sede bajo el papado de Juan Pablo II. Sus restos descansan desde entonces en el Cementerio de Torrero.
La celebración se hace coincidir con el 27 de enero, fecha en el que precisamente se conmemora la liberación en 1945 del campo de concentración y exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau, y que la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó oficialmente como Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto.
Ángel Sanz Briz, en 1944, fue nombrado responsable de la Embajada de España en Hungría poco después de la invasión del país por Hitler. A partir de ahí, se convertiría en el liberador de más de 5.000 judíos tras comprobar los asesinatos sumarios y deportaciones masivas que estaba realizando el gobierno nazi.El llamado «Ángel de Budapest» consiguió salvar al mayor número de judíos expidiendo pasaportes españoles a sefardíes húngaros, alegando una ley derogada. Actuó en nombre de España sin el permiso de su Gobierno poniendo en serio peligro su carrera diplomática.
El Ayuntamiento de Zaragoza inauguró en 2022 un nuevo espacio ajardinado en el Cementerio de Torrero en memoria del diplomático aragonés. El diseño, realizado por Fundación Rey Ardid de la mano de la Unidad Técnica de Difusión Sociocultural de Cementerios de Zaragoza, se creó como un espacio abierto a la reflexión, al reposo, al descanso, donde los detalles florales y el arbolado cobran protagonismo. Allí se colocaron en 2022 las cenizas de Ángel Sanz Briz, en una ceremonia íntima y familiar. Los restos del diplomático se exhumaron de la capilla familiar, se incineraron y la urna fue colocada en el nuevo espacio. Es ahí donde se celebra desde entonces este homenaje a la valentía y humanidad de este «Justo entre las Naciones», que también ostenta el título de «Hijo predilecto de Zaragoza».