La alcaldesa se despidió de los efectivos que durante un mes han ayudado a recuperar la localidad valenciana devastada por la DANA
“Los aragoneses nos han ayudado en la desesperación”. El entrecomillado es de la alcaldesa de Catarroja, Lorena Silvent, y lo ha pronunciado en la despedida del contingente aragonés desplazado desde el pasado 2 de noviembre hasta esta localidad de la Huerta Sur de Valencia devastada por la DANA. Ha sido un adiós pleno de emoción. Se ha despedido uno a uno de los efectivos que le esperaban en el Puesto de Mando Avanzado que ha coordinado esfuerzos para que este pueblo de 30.000 habitantes recupere la normalidad.
Han sido poco más de 10 minutos cargados de simbolismo. La policía local de Alcorisa Esther Hernández regaló a la alcaldesa una pulsera con el cachirulo y la Virgen del Pilar y más de uno de los efectivos que han trabajado de forma incansable en las calles y plazas de Catarroja a duras penas ha contenido las lágrimas.
Aragón ha sido la última comunidad autónoma en salir de Catarroja y la única en trabajar de forma autónoma. La ayuda ha estado perfectamente coordinada desde un Puesto de Mando instalado junto al cementerio y la CV-400, y posible, además, por la Agrupación de Protección Civil ubicada en Venta del Aire que ha dado el soporte logístico al despliegue de Aragón. Aragón ha ido adaptando los efectivos a sus necesidades; desde cerca de 300 en los momentos más difíciles a los 60 del último día.
“Tomar conciencia de la magnitud de la emergencia”, ha sido para Jorge Crespo, jefe del operativo aragonés y desde el 18 de noviembre asesor a nivel municipal en la gestión de la emergencia, la clave de bóveda del trabajo hecho en esta localidad de la Huerta Sur de Valencia. El barro y el lodo al desbordarse el barranco del Poyo colapsó Catarroja con toneladas de agua y lodo que arrasó vidas -25 muertos-, viviendas, negocios y coches.
Recuperar Catarroja costará, sí, pero desde hace días que la normalidad, poco a poco, gana su sitio. El trabajo de Aragón –Protección Civil, bomberos, efectivos del Infoar, sanitarios, policías locales, psicólogos, voluntarios- en el sector 3 de la localidad que, casualmente parte del mismo coincide con el barrio del Pilar, ha sido reconocido por vecinos que han agradecido en todo momento su labor.
Ha sido importante el trabajo sobre calles y plazas, y también, como explica la alcaldesa la afectiva: “Nuestras vidas se pararon y ese atender a los vecinos, poder escucharles, poder asesorarles, poder darles un abrazo ha sido una parte también importante del despliegue”.
Catarroja ha dejado dos nombres propios: Aylen y Lucas. Madre e hijo. En su última fase de embarazo, los coches se agolpaban en la puerta de su casa y no podía salir. Los efectivos aragoneses limpiaron la calle, sanitarios estuvieron pendiente de su embarazo y finalmente nació Lucas que, como decía su madre, es parte de Aragón.