Los compañeros del partido fueron los que alertaron al 091, acudiendo al centro deportivo una patrulla de seguridad ciudadana
Los hechos se produjeron la mañana del domingo 7 de enero, cuando unas personas que se encontraban jugando a fútbol sala observaron como uno de los suyos se desplomaba quedando inconsciente y sin respirar.
Mientras que algunos de sus compañeros de equipo le colocaban el desfibrilador del pabellón donde estaban jugando, otros alertaban a los servicios de emergencia, llegando al lugar una patrulla del Grupo de Atención al Ciudadano.
Los agentes, ante la situación de angustia de los compañeros, pusieron en práctica sus conocimientos y habilidades aplicando técnicas de reanimación cardiopulmonar (RCP) en combinación con las descargas que emitía el desfibrilador, consiguiendo que el hombre de 63 años comenzase a respirar nuevamente.
Posteriormente llegaron al lugar las ambulancias del 061 y Bomberos que lo trasladaron al Hospital Miguel Servet.