«Miguel Ángel Blanco no fue una víctima cualquiera. Fue y es un símbolo de dignidad, coraje y libertad», ha afirmado la alcaldesa Natalia Chueca.
La ciudad de Zaragoza ha rendido este jueves un emotivo homenaje a Miguel Ángel Blanco con motivo del 28º aniversario de su secuestro y asesinato a manos de la banda terrorista ETA. El acto, celebrado en la Plaza San Francisco, ha contado con la presencia de la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, acompañada por el presidente de Aragón, Jorge Azcón, y la presidenta de las Cortes de Aragón, Marta Fernández, entre otras autoridades civiles y militares.
Durante su intervención, la alcaldesa ha hecho un firme llamamiento a la defensa de la memoria y dignidad de todas las víctimas del terrorismo, denunciando que «no podemos permitir que su recuerdo se diluya ni que se reescriba la historia sin el permiso de quienes más han sufrido». Ha lamentado que, mientras en Zaragoza se honra a las víctimas, «en el corazón del Estado se sigue pactando con los herederos de sus asesinos».
En ese sentido, ha criticado abiertamente que el actual Gobierno de España se haya «edificado gracias al apoyo del brazo político de quienes sembraron muerte y miedo durante décadas». «Eso no es digno», ha sentenciado, recordando que «lo dijo Cerdán, lo insinuó su socio Antxon y lo proclamó Otegi, ese supuesto ‘hombre de paz’ que pasó cinco veces por prisión por estar al servicio de ETA».
La alcaldesa ha advertido del riesgo de permitir un relato «infame» que «iguala a víctimas y verdugos, levanta muros de olvido frente a la memoria de una sociedad que resistió unida el chantaje terrorista, y blanquea a quienes aún no han condenado su pasado ni colaborado con la justicia».
«Miguel Ángel Blanco no fue una víctima cualquiera. Fue y es un símbolo de dignidad, coraje y libertad», ha dicho. Asimismo, ha reafirmado el valor del Espíritu de Ermua, «que no fue una moda, sino un compromiso cívico con la verdad y con la memoria». «Zaragoza estará siempre frente al terrorismo, frente a su blanqueamiento y frente a sus cómplices actuales. Porque su sacrificio nos dio la democracia que hoy muchos dan por sentada. La libertad que disfrutamos se pagó con su vida, y esa deuda no se puede traicionar», ha concluido la alcaldesa.
El acto ha contado también con la presencia de representantes de asociaciones de víctimas y ciudadanos anónimos. Todos han querido mostrar su apoyo a las víctimas y reafirmar el compromiso de Zaragoza con los valores de verdad, memoria, dignidad y justicia.