La zona afectada ha sido acordonada para garantizar la seguridad de los visitantes mientras un equipo técnico evalúa los daños y determina las medidas necesarias
Un incidente ocurrido el pasado sábado en la Basílica del Pilar de Zaragoza ha encendido las alarmas sobre el estado de conservación del emblemático templo. Un fragmento de una cúpula pintada por Ramón Bayeu se desprendió, impactando en la nariz de un turista, quien sufrió una herida leve y fue atendido sin mayores complicaciones. Según el Cabildo Metropolitano, el trozo caído era de escayola y de tamaño reducido, aunque suficiente para causar preocupación entre los responsables del monumento.
El portavoz del Cabildo, José Antonio Calvo, señaló que este desprendimiento podría ser un indicio de problemas más amplios en la estructura y decoración de las cúpulas laterales, las cuales ahora se consideran una prioridad en los trabajos de conservación. Este hecho ocurre mientras avanzan las labores de restauración de las torres del Pilar, parte del ambicioso «Plan Pilar 2040», que busca garantizar la preservación del templo con vistas al bimilenario de la venida de la Virgen María.
La zona afectada ha sido acordonada para garantizar la seguridad de los visitantes mientras un equipo técnico evalúa los daños y determina las medidas necesarias para reparar la cúpula dañada. Este incidente también ha reavivado el debate sobre la necesidad urgente de mayor inversión en la conservación del patrimonio histórico. Calvo destacó que, aunque se cuenta con un presupuesto inicial para las torres, se hace un llamado al mecenazgo y a posibles colaboraciones con instituciones públicas para abordar las crecientes necesidades del Pilar.
El desprendimiento subraya la importancia de mantener este icónico monumento en condiciones óptimas, no solo por su valor histórico y artístico sino también por la seguridad de los miles de visitantes que recibe cada año.
