La obra regresará a la Iglesia Parroquial de Ena tras su presentación en el Museo Diocesano de Jaca
El Gobierno de Aragón ha restaurado la talla de la Virgen del Camino de Ena, a través de la Dirección General de Patrimonio Cultural, con una inversión de 5.263,50 euros. Los trabajos se desarrollaron entre octubre y diciembre del pasado año y ahora, una vez recuperada, la obra regresará a su lugar original, la Iglesia Parroquial de Ena.
La consejera de Presidencia, Interior y Cultura del Gobierno de Aragón, Tomasa Hernández, ha presentado este jueves la restauración de la talla, en un acto celebrado en el Museo Diocesano de Jaca y que ha contado con la presencia también de la directora general de Patrimonio Cultural, Gloria Pérez, del delegado diocesano de patrimonio, Jesús Lizalde, y de la restauradora, Inmaculada Piedrafita.
Hernández ha resaltado el esfuerzo que el Gobierno de Aragón realiza en conservación y protección del patrimonio cultural, al recordar que son obras «que nos pertenecen un poco a todos». «Todos somos responsables de cuidar nuestro patrimonio, porque es nuestra historia, y debemos embellecerlo, cuidarlo y legarlo a la posteridad en el mejor estado posible», ha defendido.
Por su parte, la directora general de Patrimonio Cultural, Gloria Pérez, ha destacado el «excepcional» trabajo de restauración que ha realizado Inmaculada Piedrafita en esta talla románica y se ha felicitado por el hecho de que los vecinos podrán disfrutar de nuevo en Ena de esta pieza de arte. «Esperemos que podamos verla allí con las medidas de seguridad que se deben de poner para que se mantenga y conserve mucho tiempo y podamos disfrutarla todos los aragoneses», ha afirmado.
EN LA IGLESIA PARROQUIAL
Ena es una localidad perteneciente al término municipal de Las Peñas de Riglos (Huesca) y situada a los pies del Monte Oroel, en la zona conocida popularmente como el ‘Sodoruel’. En la iglesia parroquial dedicada a San Pedro se conserva en la actualidad, por razones de seguridad, la talla románica de la Virgen con el Niño procedente de la ermita de la Virgen del Camino, una edificación situada a unos dos kilómetros del pueblo.
Iconográficamente la talla restaurada es una Virgen en Majestad sedente, del tipo Sedes Sapientiae o Trono de Sabiduría, expresión latina que hace referencia a este tipo de Theotokos o Madre de Dios representada como trono de la divinidad, de su Hijo.
En este caso el niño Jesús está tallado independientemente, se une a la figura de la Virgen gracias a una espiga de madera y aparece sentado en el centro del regazo de su madre, entre sus dos rodillas, siguiendo el eje de simetría habitual en las primeras representaciones románicas de esta difundida iconografía mariana.
Ambas figuras se representan coronadas, frontales, hiératicas, sin apenas expresión en sus rostros ni comunicación entre ellas. El Niño levanta su mano derecha, claramente desproporcionada, en actitud de bendecir y con la izquierda sostiene un libro, mientras la Virgen extiende sus brazos en paralelo, enmarcando a su Hijo, y sostiene en la diestra una pequeña esfera representativa de la grandeza y el poder de Jesucristo como soberano de todo lo creado. Estos rasgos permiten datar el conjunto escultórico en el segundo tercio del siglo XII.
En cuanto a su protección legal, esta talla se encuentra incluida en el Inventario de bienes muebles en posesión de instituciones eclesiásticas en Aragón y, por tanto, tiene la consideración de Bien Inventariado del Patrimonio Cultural Aragonés.
El conjunto escultórico está realizado en madera de pino tallada, dorada y policromada y en el momento previo a la intervención presentaba una repolicromía generalizada en las dos figuras, tanto en las carnaciones como en las vestimentas, en tonos vivos, pero muy planos. Y, además, se había colocado una pletina metálica atornillada a los huecos de la base de la talla para anclarla a las andas sobre las que sale en romería una vez al año rumbo a la ermita.
ESTADO DE CONSERVACIÓN
Su estado de conservación era deficiente, con presencia de suciedad superficial, ennegrecimiento y amarilleamiento de las policromías, pequeñas fisuras y grietas que habían provocado pérdidas puntuales de soporte, preparación y policromía.
Especialmente llamativa era la alteración producida por los roces provocados por unos zarcillos colocados a la Virgen en época no muy lejana y que le causaron desprendimientos de policromía en el rostro, dejando a la vista la preparación en las zonas afectadas.
La corona que presentaba la Virgen, realizada en papel dorado y policromado, probablemente colocada en el mismo momento en que se aplicaron los repintes en ambas figuras, ocultaba la corona original.
Teniendo en cuenta la protección cultural, el interés histórico-artístico y el deficiente estado de conservación de esta talla de la Virgen y el Niño, la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón encargó a la conservadora-restauradora de bienes culturales, Inmaculada Piedrafita, su restauración por un importe de 5.263,50 euros y con un plazo de ejecución de dos meses (entre octubre y diciembre de 2023).
TRABAJOS DE RESTAURACIÓN
Los trabajos han consistido en una serie de intervenciones encaminadas a recuperar su integridad física y dignidad estética, que han consistido en la limpieza química gradual y selectiva de la superficie pictórica, dorados y policromías, tras las pertinentes catas y pruebas de solubilidad, en la estabilidad de policromías en peligro de desprendimiento, devolviendo la cohesión y adhesión al estrato pictórico mediante la consolidación y el sentado de policromías y preparación, en la reintegración cromática de lagunas y pequeñas pérdidas, previamente estucadas y siguiendo el criterio de discernibilidad, y en la aplicación de una capa de protección final del conjunto escultórico.
En cuanto a la corona de papel, deteriorada e incompleta, se procedió a su cuidadosa extracción con medios mecánicos y humedad, recuperando de esta manera la corona original subyacente más sencilla y acorde con el estilo de la talla. En el caso de los repintes, tras la realización de diferentes catas estratigráficas que permitieron constatar la existencia de escasos restos de policromía original subyacente, se optó por documentarlos y mantener los repintes, por otra parte muy generalizados.
También se decidió mantener la pletina de metal que presenta la talla en su base para garantizar su estabilidad, dado que la imagen se sigue colocando sobre unas andas para sacarla en procesión.
Esta restauración ha sido realizada bajo la supervisión técnica del Servicio de Conservación y Restauración del Patrimonio Cultural, en las instalaciones del Museo Diocesano de Jaca, gracias a la colaboración de esta institución dependiente del Obispado de Jaca, que trabaja activamente en la conservación y difusión del excepcional patrimonio de su diócesis, a la que pertenece la iglesia parroquial de Ena.
Tras el acto de presentación de este jueves, el conjunto escultórico volverá a ser custodiado en una vitrina de la iglesia parroquial de Ena, «en la que esta imagen adquiere todo su sentido devocional y cultural”, ha concluido la consejera.