 
Con una inversión de 1,3 millones de euros, su entorno se convertirá en un espacio de descanso y refugio. Se van a restaurar los bancos históricos de piedra y cerámica y se crearán itinerarios accesibles
La consejera de Medio Ambiente y Movilidad, Tatiana Gaudes, ha visitado hoy las obras de remodelación del Jardín Botánico de Zaragoza, uno de los elementos más emblemáticos del Parque Grande José Antonio Labordeta y, seguramente, de los rincones más queridos y visitados. Como ya se explicó en su momento, los trabajos están orientados, fundamentalmente, a la recuperación de la esencia del Jardín, resaltando la relación entre las plantas, el agua y la salud, que serán el eje de la reforma. La remodelación supondrá un importante rediseño paisajístico y ornamental para actualizar respetuosamente este histórico espacio de la ciudad, convertirlo en un lugar de bienestar y mejorar su biodiversidad.
La reforma está suponiendo una inversión de 1,3 millones de euros, cantidad por la que finalmente fue adjudicada la obra. El nuevo jardín incorporará diferentes colecciones de plantas en espacios estratégicos, como los accesos, los cruces de caminos o acompañando a los canales de agua, en los que las plantas medicinales y aromáticas serán el hilo conductor, incorporando nuevas y potenciando las existentes. Para ello el servicio de Parques, Jardines e Infraestructura Verde ha colaborado con el Colegio de Farmacéuticos de Zaragoza.
Todo ello contribuirá a diversificar la vegetación y crear estructuras de refugio para la fauna, mejorando la biodiversidad y ayudando a mantener el ecosistema sin enfermedades ni plagas. Esta diversificación se ha diseñado además para poner en valor el importante arbolado que existe en el jardín.

AVANCE DE LAS OBRAS
Tras completarse el proceso de adjudicación, a finales de noviembre de 2024 se comenzó con un replanteo profundo de la situación previa del Botánico, haciendo levantamiento topográfico a sus casi 1,5 hectáreas. Durante varios meses se le ha ido dando forma al nuevo proyecto, realizando derribos, canalizaciones, movimientos de tierra y aportaciones de unos 2.700m³ de tierra vegetal. Estos trabajos han sido especialmente delicados, ya que el Jardín Botánico está en un entorno verde, con árboles muy arraigados al espacio y accesos muy limitados.
En las últimas semanas se ha avanzado en la construcción del nuevo estanque de más de 200m² de superficie, que albergará una zona de plantas acuáticas y un banco de azulejo diseñado expresamente para este lugar.
Asimismo, se está trabajando en la construcción de dos arroyos sinuosos que discurren de principio a fin por el Botánico, con un recorrido de 320 metros, realizado en hormigón visto in situ. También se han ido definiendo los nuevos caminos, con una extensión aproximada de 4.700 metros, así como espacios para el descanso. Todo el Jardín recibirá, también una nueva iluminación.
Durante este verano se continuarán con los trabajos de hormigonado e instalación de riegos para que, de cara a otoño con la bajada de temperaturas y mejora de las condiciones climatológicas, se completen los trabajos de siembras y las nuevas plantaciones. Se pondrán más de 9.000 plantas diferentes en las que encontraremos aromáticas, gramíneas, tapizantes, culinarias…etc. Hasta el final de obra, se realizarán los últimos trabajos de colocación de mobiliario urbano y los nuevos caminos para poder disfrutar del nuevo Botánico.
La consejera de Medio Ambiente y Movilidad, Tatiana Gaudes, ha destacado que «cuando la reforma del Jardín Botánico esté concluida tendremos completada la actualización y puesta al día de nuestro parque más emblemático. Es -ha recordado- una pieza fundamental y muy querida por los habituales usuarios del Parque. Siguiendo la senda de la Rosaleda, que es actualmente uno de los rincones más bonitos de toda Zaragoza, estoy convencida de que el Jardín Botánico va a ser la nueva referencia, un espacio único que va a conjugar la belleza con la historia y con el respeto medioambiental«.

EL AGUA, LA GRAN PROTAGONISTA
El agua será, junto a las plantas, el otro elemento que vertebrará el nuevo Jardín Botánico y lo convertirá en un espacio de bienestar y refugio climático. El objetivo es proporcionar confort climático, sobre todo en épocas de calor extremo, gracias a la cobertura arbórea y los cursos de agua. Para ello se reconstruirán el estanque y los canales, por los que se prevé que la circulación del agua sea constante y mucho más eficiente.
El nuevo estanque, por su parte, tendrá una bancada perimetral, incorporará plantas acuáticas y actuará como aljibe para distribuir el agua para el riego. Su entorno se convertirá en una especie de ágora donde descansar o realizar actividades y en ella se instalarán los bancos históricos de piedra y cerámica, que van a ser restaurados por el servicio de Cultura. Para preservar el carácter histórico del espacio, el nuevo mobiliario también tendrá una estética más clásica. La iluminación también se renueva para poner en valor todo el jardín y dotarle de mayor seguridad, incorporando alumbrado ornamental tanto en el interior del estanque como en los canales.
