La institución aprueba una declaración en la que se oponen a la intención de la DGA de excluir los suelos de regadío y los de las denominaciones de origen de los terrenos autorizados para instalar plantas de generación de energías renovables
La Comarca Campo de Cariñena ha rechazado los criterios propuestos por el Gobierno de Aragón para identificar suelos agrarios destinados a la instalación de plantas de generación de energías renovables. En una declaración institucional aprobada recientemente, la institución defiende que sean los propios agricultores quienes decidan “libremente” el uso de sus tierras.
La respuesta se produce tras el anuncio de la Dirección General de Desarrollo Rural del Gobierno de Aragón, que está sometiendo a información pública los criterios para identificar los suelos agrarios de la región donde se permitirá la instalación de plantas de energías renovables. Estos criterios excluyen tanto los suelos de regadío como aquellos dentro de las denominaciones de origen, incluso si son de secano.
La institución comarcal, aunque respalda el respeto a la flora, la fauna y el medio ambiente, insiste en la importancia de respetar la autonomía de los propietarios de las tierras. “Exigimos que se respete a los propietarios de las tierras, para que sean ellos mismos quienes decidan libremente a qué las destinan”, subrayan en la declaración, aprobada con los votos a favor de PSOE y CHA y en contra de PP, VOX y Paniceros por Paniza.
La Comarca Campo de Cariñena argumenta que la Administración no debe obligar a los agricultores a cultivar ciertos productos debido a la ubicación de sus tierras en una Denominación de Origen o por ser tierras de regadío. “No puede ni debe la Administración condenar a un agricultor o propietario a que cultive viñas, olivos o melocotoneros por el hecho de estar sus parcelas en una Denominación de Origen”, afirman.
Asimismo, critican los criterios actuales, considerando que podrían mejorar sin perjudicar a los agricultores. Destacan la importancia creciente de las energías renovables, señalando que la energía agrovoltaica, que combina centrales fotovoltaicas con cultivos o campos para ganado, está ganando terreno en Europa.
Rechazan la idea de que la energía fotovoltaica compita en espacio con la agricultura, argumentando que hay suficiente suelo para ambas actividades. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, España tenía en 2020 casi 24 millones de hectáreas de superficie agrícola utilizada. Calculan que para alcanzar los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) de 2030, las plantas fotovoltaicas necesarias ocuparían solo el 0,5% de esa superficie.
La Comarca destaca además que las energías renovables atraen inversiones importantes a Aragón, mencionando empresas como Amazon y Microsoft. Insisten en que el Gobierno de Aragón no debe limitar la libertad de los agricultores, quienes buscan rentabilidad y diversificación económica para sostener a sus familias. “La emergencia climática es lo que realmente amenaza a la agricultura, no las placas solares”, afirman.
Concluyen que los agricultores deben tener la libertad de diversificar sus tierras entre diferentes cultivos y energías renovables, señalando que los alquileres para instalaciones de energías renovables tienen una duración limitada y permiten la recuperación del terreno a largo plazo.
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