El Ayuntamiento cuenta para este proyecto con dos subvenciones complementarias del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de España que suman 4,7 millones de euros
El Complejo de Tratamiento de Residuos Urbanos de Zaragoza (CTRUZ) dispondrá, entre finales de 2024 y principios de 2025, de una línea específica para el tratamiento de los residuos orgánicos recogidos a través de los nuevos contenedores cuya distribución acaba de iniciarse en Zaragoza.
Este proyecto, que será aprobado próximamente por el Gobierno de Zaragoza, supondrá una inversión de unos 11 millones de euros, de los cuales 4,7 serán subvencionados a través dos ayudas complementarias procedentes de los Fondos Europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, tramitados el Gobierno de Aragón. El resto de la inversión necesaria será asumida inicialmente por la UTE Ebro (Urbaser y Vertresa), concesionaria de esta planta de tratamiento de residuos. El Ayuntamiento sufragará esta cantidad revisando el canon que se abona de forma anual, hasta llegar a julio del año 2031, cuando concluye dicha concesión y la planta pase a ser íntegramente propiedad municipal.
Un ejemplo de economía circular
La consejera de Medio Ambiente y Movilidad, Tatiana Gaudes, ha explicado hoy que este proyecto es «el complemento necesario para cerrar el círculo de recuperación de los residuos orgánicos que estamos iniciando con la implantación de los nuevos contenedores marrones. Además de generar energía eléctrica -ha señalado-, este proceso que es ejemplo de economía circular se completará con la obtención de un compost de alta calidad que podrá ser utilizado para todo tipo de aplicaciones, tanto en parques y jardines como en la agricultura».
Gaudes ha recalcado «la oportunidad de poder disponer de ayudas europeas para sufragar una parte de la inversión, lo que vuelve a poner de relieve el nivel de garantías que ofrecen los proyectos presentados por el Ayuntamiento de Zaragoza a estas ayudas». También ha destacado «la buena disposición de la concesionaria UTE-Ebro para llevar inicialmente a cabo esta importante inversión, una colaboración que ha facilitado que el proyecto pueda llevarse a cabo».
El proyecto consiste, básicamente, en la construcción de una nueva nave-foso de recepción de la materia orgánica recogida en los contenedores marrones de la ciudad. Desde allí, el material se traspasará a una zona, también nueva, en la que se realizará un tratamiento previo antes de llegar a una siguiente fase en la que se mezclará con vapor de agua para adquirir una determinada temperatura con la que llegará al denominado digestor.
El digestor es un gran cilindro cerrado en el que la materia orgánica realiza un proceso anaeróbico en el que genera gas metano, que se utiliza en la planta para la generación de electricidad. El CTRUZ tiene ya un digestor específico (el número 5) que se dedicará expresamente a los restos de materia orgánica.
Después de 20 días, el material va saliendo del digestor, comenzando entonces un proceso de deshidratación y de higienización hasta que el compost generado alcance la nave de maduración.
Un detalle muy importante es que en la nave de maduración habrá un muro que separará el compost de calidad procedente del contenedor marrón del resto del material bioestabilizado (que no puede denominarse técnicamente compost, sobre todo en comparación con el compost de alta calidad que se pretende obtener en este nuevo proceso) que se obtiene de la basura domiciliaria general.
Tras un proceso de afino, el compost se almacenará para su distribución en una nave de acopio en la que finalizará todo el proceso.