La muestra interdisciplinar la componen 25 obras de cerámica, videoarte, dibujo, escultura e instalaciones y estará disponible hasta el 30 de junio de 2024 de martes a domingo
Los límites que plantea el tiempo, la evolución, la capacidad transformadora del ser humano en la sociedad que le rodea y una visión feminista del entorno son los ejes temáticos de la exposición colectiva «Al Borde del Tiempo», que estrena la Casa de los Morlanes y que permanecerá hasta el 30 de junio. El Ayuntamiento de Zaragoza estrena esta muestra que reúne el talento en distintas técnicas, formas expresivas y materiales de cinco mujeres, Abigail Lazkoz, Marina Núñez, Raquel Algaba, Sandra Val y Weixin Quek Chong.
«Al Borde del Tiempo» se puede visitar de martes a sábado entre las 10 y las 14 horas y, por la tarde, entre las 17 y las 21 horas. Además, los domingos y festivos es posible verla también en horario de 10 de la mañana a 14,30 de la tarde. Según la descripción de una de las artistas, Raquel Algaba «hoy, más que nunca, somos conscientes de que tenemos que cimentar los pasos adecuados como la base donde ubicar nuestras sociedades. Las artistas presentes en esta exposición nos ofrecen una visión transformadora de nuestros entornos y de nuestros cuerpos, y sus obras no actúan sino como artefactos de potencia especulativa, poética y política ante las problemáticas del tiempo presente, interrogándose sobre los límites de éste, con la mirada puesta en el futuro. Con su trabajo, despliegan un nuevo abanico de relaciones entre elementos que anteriormente no tenían conexión, interviniendo, de alguna manera, en lo que existe y lo que todavía está por existir».
En concreto, según esta descripción, Marina Núñez «investiga, a través de una revisión del cuerpo ciborg en hibridación con el entorno, las relaciones que se establecen entre el individuo y la naturaleza».
«Weixin Quek Chong «recoge lo especulativo del encuentro entre material y cuerpo y las sensaciones de habitar un lugar donde el individuo quiere ser avatar, y animal, y red y rizoma, a la búsqueda de un futuro donde el cuerpo sea algo más que cuerpo».
PSandra Val «recurre a la cerámica no solo como parte de una experiencia visual, sino de una percepción háptica que dota a la relación cuerpo – arquitectura de nuevos significados y que ayuda a construirnos desde nuevas sensibilidades».
Raquel Algaba «juega en su trabajo con las tensiones entre mente y cuerpo como generadores de realidades y, como sucede en la novela, somos testigos de la visión de mundo que no sabemos si sucede en algún lugar de lo existente o solo tiene lugar dentro de nosotros.
Abigail Lazkoz «propone con su trabajo, en cierto sentido, el poder reinterpretarnos, hacer de nuestros cuerpos arquitectura, y línea y contrapunto».