Ya puede vislumbrarse el graderío natural proyectado en la plaza José María Forqué como una de las medidas de regeneración de la zona
Las obras de la segunda fase de la residencia universitaria Xior Pontoneros continúan avanzando a buen ritmo para completar las 337 habitaciones, de diez tipos diferentes con capacidad para albergar 377 estudiantes. El objetivo es que la residencia universitaria esté operativa para este curso académico. El proyecto llevaba más de 12 años bloqueado y abandonado.
La empresa adjudicataria, Xior Student Housing Spain, trabaja tanto en el exterior como en el interior del edificio, donde incluso algunas habitaciones están amuebladas. Del mismo modo ya puede vislumbrarse el graderío natural proyectado y creado en la plaza José María Forqué como una de las medidas de regeneración de la zona pues era antes un solar tapiado.
La actuación se sitúa en el conjunto de Pontoneros, afectando positivamente a la recuperación del Área de Regeneración Urbana (ARRU) de Zaragoza, cuyo objetivo es priorizar la rehabilitación y puesta en uso de estos suelos y espacios, que configura uno de los límites del Ámbito 2 (dentro del Plan especial de protección y mejora del área Zamoray Pignatelli). La futura residencia supone una inversión de 23,5 millones de euros y unos ingresos para el Ayuntamiento de Zaragoza de 8 millones de euros en concepto de canon del derecho de superficie.
Esta segunda fase se realiza en el inmueble situado en Madre Rafols 8-10-12, donde Xior acomete las obras de rehabilitación del edificio de las viviendas de oficiales del cuartel de Sangenís, edifico cuyo construcción se inició en la década final del S.XVIII, como Cuartel de Infantería de Convalecientes, y actualmente catalogado de interés monumental y del Patrimonio Cultural Aragonés, por reconocer el valor de las fachadas, escaleras y algunos elementos decorativos. Esta fase comprende también la ampliación de este edificio en los dos extremos de la calle Madre Rafols hacia la plaza Forqué y hacia la calle La Palma. La parcela donde se desarrolla esta segunda fase del proyecto cuenta con con una superficie de de 4.348 metros cuadrados y una edificabilidad de 7.448 metros cuadrados, colindando con unas ruinas las cuales están documentadas y son objeto de protección.
Se trata de un proyecto singular en el que conviven los inmuebles originales protegidos por Patrimonio, que conservarán muchos de sus elementos singulares, con varios volúmenes de nueva construcción.
En este caso, la excepcionalidad del edificio implica la recuperación de los solados, falsos techos y molduras originales, entre otros de sus muchos elementos. El resultado es un edificio eficiente que contará con certificación LEED, permitiendo reducir en un 50% el consumo energético resultante de su construcción y posterior explotación. Entre las numerosas zonas comunes que ofrecerá para la comodidad de sus usuarios destacan las salas de estudio y coworking, varias salas de conferencias, salas comunes con cocina, un comedor, un gimnasio o una lavandería.
A su vez esta se ha creado un graderío natural, dándole un uso de zona verde pública, habiéndose considerado una de las principales reivindicaciones de los vecinos. El graderío natural cierra al oeste la plaza José María Forqué, espacio de antiguas ruinas que se ajardinará para poder usarlo de espacio para eventos como teatros, conciertos, graduaciones… de manera que sea, no solo un lugar de encuentro para los usuarios, sino también para la universidad y el barrio.
Siguiendo el programa, se reservan los espacios comunes en planta baja hacia el lado de la plaza Jose María Forqué dando mayor accesibilidad a los usos por los residentes y las plantas superiores tienen mayoritariamente un programa habitacional, salvando pequeñas zonas de usos múltiples y salas de estudio en las uniones del edificio existente con las ampliaciones, que serán usadas por los residentes para encuentro, estudio y relax, dándole a las plantas superiores una mayor privacidad.
Impulso al barrio
Este edificio se encontraba sin uso. Al introducir el alojamiento de jóvenes en ambos edificios se incremente el tránsito peatonal diurno y nocturno hacia esta zona, en la que históricamente existen muchos equipamientos de grandes dimensiones, pero con actividad propia del horario diurno.
Con el asentamiento de esta población joven en la zona se espera que sirva de motor en la renovación tanto de los comercios de proximidad, como del área urbana cercana de Zamoray Pignatelli, que por otra parte se está impulsando su renovación por parte de Zaragoza Vivienda junto con el Ayuntamiento.
El conjunto en la que está situada la fase II, forma parte de la manzana asociada a una parcela municipal que contiene restos arqueológicos de un arrabal islámico relacionados con la sede de la Aljafería. La puesta en valor de estos restos, junto con la parcela sin edificar situada en la plaza Forqué en su lado Norte, contribuirán a la finalización de la urbanización de la plaza y servirán de conexión con las calles peatonales del área de rehabilitación urbana de Zamoray-Pignatelli ya mencionada.
Primera fase, a pleno rendimiento
El pasado mes de septiembre la primera fase de la residencia Xior Pontoneros con una capacidad de 151 habitaciones. Las instalaciones contaron con un aluvión de reservas por parte de jóvenes procedentes de otros municipios aragoneses, pero también de otros países como Reino Unido, Francia y Austria, entre otros. La mayoría iniciarán sus estudios en la Universidad Zaragoza y también en la Universidad San Jorge (USJ).